En el descenso hubo que ponerse las raquetas bastante pronto, una vez dejadas las propias laderas del Puigmal, ya que si no era imposible andar hundiéndote hasta 1 metro alguna vez...
La parte final de la bajada por lo que es la senda de la ruta normal de verano, por la cual no habíamos subido, llegando ya a Nuria nos hizo pasar por entre un precioso bosque cargadico de nieve.
Y ya nos despedimos de Nuria, el Puigmal y su Torb volviendo a montar en el tren de cremallera que nos iba a bajar hasta Ribes de Freser:
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